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BEATA JOSEFINA SAULEDA, o.p., martir
Sor Josefina Sauleda (1885-1936), procedía de una familia catalana de San Pol de Mar (Barcelona), de profundo sentido cristiano. El matrimonio Sauleda tuvo doce hijos y Josefina, de nacimiento Buenaventura, hacía el número diez. La pequeña «Ventureta frecuentó el colegio de las Hermanas Dominicas de la Anunciata de la localidad, además de recibir una selecta formación humanista y musical.
Si bien dudaba entre dedicarse a la vida activa en una institución dedicada a obras de caridad, para lo cual tenía cualidades excepcionales, o consagrarse a la vida contemplativa en clausura, se decantó por la vida religiosa, solicitando el ingreso en el Monasterio de Nuestra Señora de Monte Sión, de la Orden de Santo Domingo, donde años atrás había profesado su hermana mayor Mercè.
Era un Monasterio de rica tradición histórica, muy vinculado a la vida de Barcelona, desde su fundación a mediados del siglo XIV. Muy relacionado con grandes familias, tenía algo de relicario para los barceloneses. Aunque tuvo que cambiar varias veces de emplazamiento, mantuvo como señera su claustro gótico, que aun se conserva. A su señorío añadía una poderosa influencia espiritual en la sociedad de su tiempo.
El 19 de enero de 1905, con 24 años, la joven Buenaventura Sauleda cruzaba la puerta claustral del Monasterio, del que solamente saldría para ir al martirio, asumiendo en la profesión religiosa el nombre de Sor Josefina. Mujer de temple y recio carácter, eficiente y bondadosa, de espiritualidad bien definida, de cálido trato humano perfumado por el amor fraterno, fue un instrumento de paz y convivencia en la vida interna del monasterio. Priora por dos trienios consecutivos, en 1935 fue nombrada Maestra de Novicias.
El 21 de julio de 1936 era asaltado el Monasterio e incendiado el templo, sito en aquel momento en la Rambla de Catalunya donde permanece hoy la iglesia. Las monjas tuvieron que ver desde fuera como las llamas devoraban los altares y obras de arte, quedando solamente las paredes calcinadas.
Ante la urgencia de proteger a las religiosas y siendo la Priora persona ya mayor, la responsabilidad vino a caer sobre Sor Josefina. Para las monjas que tenían familia en la ciudad y pueblos cercanos la solución era relativamente fácil, pero quedaba el grupo de novicias y monjas de fuera de Barcelona, algunas de ellas ancianas, enfermas o discapacitadas. Con grandes dificultades, consiguió ponerlas a buen recaudo. Al disponerse ella misma recogerse con sus familiares en San Pol de Mar, fue denunciada y detenida. Era el 31 de agosto de 1936.
Sometida a crueles interrogatorios, mantuvo el secreto que le correspondía sin revelar el paradero de las religiosas. En la madrugada del 1 de septiembre fue encontrado su cuerpo desfigurado, pero que pudo ser identificado y recogido por sus familiares.
Sor Josefina Sauleda recibía la corona de mártir, y la Iglesia lo ratifica. En 1963 se cerró el proceso informativo, abierto en 1958, para incoar su beatificación, y la positio fue aprobada en 2004. Fue beatificada el 28 de octubre de 2007 por el papa Benedicto XVI. Fue la primera monja dominica beata y mártir.
Su proceso de canonización continua abierto.
Fuente consultada: Monjas Dominicas. Federación de la Inmaculada.
http://www.inmaculadaop.com/nueva/
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